En homenaje al Gótico: La contracultura que sigue no-viva y no-muerta
Otras subculturas han surgido y desaparecido. De las modas o "tribus urbanas", ni hablar. Pero los góticos, ridiculizados, ignorados y descartados, hemos perdurado.
Artículo basado en la columna de Michael Hann en The Spectator.
Fotografía: SPECIMEN and ALIEN SEX FIEND, 1983 (c) Mick Mercer
Después de más de 40 años, todavía los encuentras en todas partes, deambulando por las calles con piel pálida, con tanto maquillaje como penagótica (sic), vestidos en estricta tela negra, o simplemente como los apartados, los "raros" para el mundo, siendo incluso perseguidos, discriminados, violentadas/os, llegando en algunos casos hasta ser asesinadas, como a Sophie Lancaster y probablemente a otras más.
Los góticos, de manera bastante inesperada para el resto del mundo, resultaron ser los grandes supervivientes entre las contraculturas modernas en Occidente. Otros han surgido y desaparecido, pero las góticas, los góticos (etc), a quienes se les ha ridiculizado, ignorado, segregado y discriminado, han perdurado, siendo testigos de cómo la cultura, los paradigmas musicales, la estética y otros, han permeado lentamente toda la cultura mainstream, llegando a influenciar grupos culturales tan disímiles como el rap y hip hop.
"Goth" era un nombre adecuado para esta nueva música*: opresiva y ominosa; entregando éxtasis a través de la construcción y liberación de tensión en lugar de acordes mayores y colores primarios; inspirándose en el punk, Bowie, The Doors y The Stooges. Pero no se le habría llamado "gótica" sin lo estético, una mezcla de lo sexy y peligroso: un poco de Byron, De Sade y Crowley, una pizca de la célebre Vampira kitsch de los años 50 en Los Ángeles, y básicamente cualquier referencia a lo oscuro, distinto, grotesco dentro de siglos de registro cultural ecrito o simbólico.
La idea de que esta música era gótica estuvo presente desde el principio; en 1980, la revista NME describió el primer álbum de Bauhaus como "pseudodecadencia gótico-romántica", pero solo se convirtió en una etiqueta general para todas las bandas con cabello negro alborotado durante 1983 y 1984 (la revista británica NME, algo así como la Rockaxis británica de la época, intentó llamar a la incipiente escena como "punk positivo", pero no "coaguló"). Desde entonces, sólo quienes se afanan en los estudios de pueblos europeos extintos, han considerado a los góticos como algo distinto al cliché de personas con amor por el delineador de ojos, los bototos, corsets, cruces invertidas y el negro.
"Young Limbs Rise Again: The Story of the Batcave 1982–1985", compilado recientemente lanzado en el mercado europeo, contiene las joyas que se tocaban en el espacio que fue fundamental para difundir la subcultura gótica, The Batcave. Cathi Unsworth y John Robb, han publicado sus versiones de "la historia del gótico", tituladas "Season of the Witch" y "Art of Darkness" respectivamente, donde relatan las historias de las bandas y exploran sus inspiraciones (a menudo no musicales). También están por venir otros libros escritos por músicos, uno de Lol Tolhurst de The Cure y otro de Wayne Hussey de Sisters of Mercy y The Mission.
The Batcave fue creada por los miembros de la banda Specimen para tener un lugar donde tocar y rápidamente se convirtió en un imán no solo para bohemios, sino también para creadores y rupturistas; entre los asiduos se encontraban personajes como Nick Cave y Siouxsie and the Banshees. "Las personas que venían estaban haciendo cosas: en moda, en música", dice Jon Klein, guitarrista de Specimen y más tarde en The Banshees. "Marc Almond era un habitual, lo mismo Lemmy. Boy George solía venir mucho. No había paparazzi, así que no era un lugar donde la gente fuera molestada".
Central en todo esto era que los góticos, más que la mayoría de las subculturas, nacían desde la reinvención de si mismos. Cualquiera que haya tenido un amigo/a gótico/a siempre recordará "la transformación" que ocurría una vez que se ponían la ropa, el maquillaje, etc. "Nivelaba el campo de juego entre las personas realmente guapas y las personas normales. Si podías maquillarte y vestirte, podías cambiar la forma en que te percibían. Las personas perdían sus inhibiciones. Se sentían más seguras y felices en su propia piel", dice Klein. "Solía insistir en que podías cambiar el mundo si podías cambiar tu propio mundo, pero me pregunto quién esperaba que durara tanto tiempo".
"El aspecto era una armadura y ahuyentaba a los acosadores", dice Cathi Unsworth. "Una vez que adopté ese aspecto, los chicos que antes eran acosadores simplemente se callaban. Mujeres como Siouxsie eran modelos a seguir. Eran brillantes e intransigentes y querían que las mujeres tuvieran poder. Querían ayudar a las mujeres a avanzar junto con ellas".
Pero mientras el Batcave representaba el "mainstream" gótico, su expresión más auténtica se encontraba en las regiones y las provincias británicas, especialmente en West Yorkshire, especificamente Leeds, donde bandas como Sisters of Mercy, Southern Death Cult (más tarde Death Cult y, posteriormente, llenando estadios, como The Cult), March Violets, Skeletal Family y Red Lorry Yellow Lorry abrazaban y se desarrollaron en expresiones oscuras.
John Robb sugiere que eso se debió a que el gótico se convirtió en una subcultura de base, impulsada por los participantes en lugar de los medios de comunicación. "La prensa musical en ese momento estaba canalizando el post-punk", dice, "pero las personas tenían sus propias ideas sobre lo que querían hacer. Todas estas pequeñas ciudades tenían sus clubes clandestinos. Hubo evoluciones convergentes: la gente conocía el Batcave, pero el Phono en Leeds llegó primero. Me gusta la forma en que se creó por sí mismo, aunque a los medios de Londres les gustaba tener el control de las cosas. Hay algo asombroso en crear cultura en aislamiento, sobre una banda como Bauhaus que apareció completamente formada desde Northampton, donde podría haber diez personas creando una cultura increíble".
"La cultura gótica se vinculó estrechamente con Leeds. Cuando fui a la universidad allí, en 1987, había estudiantes que habían elegido estudiar allí específicamente porque era la "Ciudad Gótica"." Eso, según Cathi Unsworth, se debió a "una conexión de personas y eventos: no solo el Phono (conmemorado en la canción "Floorshow" de Sisters of Mercy), sino también su DJ, Claire Shearsby, quien ayudó a inspirar al cantante y líder de Sisters, Andrew Eldritch, y el F Club, reunió a las personas que formarían el núcleo de la "Ciudad Gótica".
Las bandas de Yorkshire fueron quizás la clave de por qué el gótico se convirtió en una palabra tan despectiva en la prensa musical británica. En un momento en que la escritura musical se oponía firmemente al "rockismo" -denunciando los "crímenes" de las generaciones previas al punk-, las bandas de Yorkshire eran abiertamente rock, incluso si lo llevaron en nuevas direcciones, como Sisters of Mercy, quienes fueron la primera banda de rock importante en emplear una caja de ritmos, Doktor Avalanche, en lugar de un baterista humano.
"A mí me molesta que se haya visto como algo estúpido y morboso. Fue creativo, inventivo y divertido. Lo interesante de Sisters era la idea de que era irónico y descarado al mismo tiempo", dice Robb. "Había esa terquedad de Yorkshire, 'No, nos gusta el rock'. Mientras que en Manchester y Liverpool, por ejemplo, para las bandas jóvenes se trataba de 'no ser rock'. Al otro extremo de la M62, Echo and the Bunnymen, una banda que se inspiró en muchas de las mismas influencias que las bandas góticas, se proclamaba explícitamente 'anti-rock' al colocar la batería de Pete De Freitas en un lado del escenario en lugar de en el centro trasero, como todos los demás (parece increíble pensar en lo mucho que importaban esas pequeñas distinciones).
Para finales de la década de 1980, el gótico se había convertido en su propia caricatura, ayudado por la despectiva prensa musical. Pero nunca desapareció. Los clubes siguieron existiendo, la ropa continuó vendiéndose y la música comenzó a entrelazarse con otros estilos para llenar estadios y arenas; Y los góticos, al igual que otra subcultura muy ridiculizada, los metaleros, se mantuvieron por sí mismos mientras su mundo se volvía cada vez más "masivo y moda".
Siempre seguirá teniendo atractivo, dice Robb. "Es la oscuridad. Las personas siempre han contado historias de fantasmas y han abrazado la melancolía. No era una escena lúgubre; había muchas fiestas y buenos momentos". Es un punto que también comparte Cathi Unsworth: "Me molesta que se haya visto como algo estúpido y morboso. Fue creativo, inventivo y divertido. De lo contrario, ¿por qué la gente seguiría sintiéndose atraída por ello?".
Jon Klein todavía ve los efectos de lo que hizo hace 40 años como un joven. Recuerda haber pintado el logotipo de las tarjetas de membresía de la Batcave con un pincel y una plantilla. "Fui muy cuidadoso. Había una conexión real entre las personas en ese momento. Hizo que las personas se dieran cuenta de que no estaban solas".
Los góticos pueden haber sido ridiculizados y descartados, pero su espíritu persiste. "Es un signo de nuestra esencia oscura y nuestro amor por la decadencia y la belleza en todas sus formas", dice Klein. "Aún estamos aquí. Al igual que el punk, esto no va a desaparecer".